En SHOKE somos conscientes de que desde ciertas esferas se ha rechazado fuertemente la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana, aprobada por el Gobierno en diciembre del año pasado. La normativa, que desde el 1 de julio está en vigor, sanciona acciones tales como manifestarse junto al Congreso y el Senado, fotografiar a policías o protestar desde las alturas. Desde SHOKE sabemos que la libertad es un derecho fundamental del ser humano, sin embargo creemos que hay que establecer ciertos límites para lograr el respeto y, sobre todo, para establecer un elemento esencial del que depende la calidad de vida de todos en España: nuestra seguridad.
Tenemos que remontarnos al origen de esta ley para comprenderla. Como apuntan algunos medios, surgió con las protestas de “rodea el Congreso” en septiembre de 2012. La manifestación fue autorizada por la Delegación del Gobierno en Madrid. Se realizó un gran despliegue policial de más de un millar de agentes, entre los que se encontraban 1350 agentes de la Unidad de Intervención Policial o antidisturbios. Tras el aumento de la tensión entre los asistentes, dicha manifestación acabó siendo disuelta mediante cargas policiales que se extendieron por toda la ciudad llegando hasta Atocha. El saldo final: 34 detenidos y 64 heridos, (27 de ellos policías).
La ley sanciona cualquier «perturbación grave de la seguridad ciudadana» que se produzca frente a las sedes del Congreso, el Senado y los parlamentos autonómicos. Esta es una de sus funciones principales. Con ello, protege el Estado de Derecho en el que vivimos. El proyecto sustituirá a la norma vigente de 1992 y, como apuntábamos, la iniciativa se ha encontrado con el rechazo en bloque de la oposición, al que se han sumado protestas para escenificar que se trata de una norma «mordaza» que pretende «acallar» la protesta ciudadana.
Desde un punto de vista más amplio, se puede leer que la ley prohíbe algunas actuaciones que podrían ponernos en peligro como fabricar, almacenar o usar armas o explosivos catalogados, cartucherías o artículos pirotécnicos que incumplen la normativa, sin autorización o documentación. Por si fuera poco, la normativa contempla como falta leve, con un multa que podrá ascender hasta los 600 euros, el hecho de insultar a la policía y a los demás miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado mientras estos están desempeñando su trabajo. Desde SHOKE consideramos que faltar al respeto a los agentes que velan por nuestra seguridad es algo muy serio y debe ser especialmente evitado. Debemos recordar que ellos tienen la potestad y la responsabilidad de usar la fuerza para mantener el orden, pero siempre cumpliendo la Ley y desde el respeto que se merecen todo los ciudadanos, por lo tanto, si conseguimos un respeto recíproco el uso de la fuerza será minimizado.
Redactor Experto del Blog de Shoke, una publicación especializada en material policial, equipamiento de defensa y seguridad privada. Comparativas y reviews de producto, actualidad y mucho más de la mano de un referente del sector.
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